Nunca tuve problemas con mi relación con la comida o con la forma cómo percibía mi cuerpo, hasta que comencé a estudiar nutrición y debido a la presión que sentí por tener un cuerpo que cumpliera con el estereotipo de cómo “debe” verse una nutrióloga, comencé a desarrollar conductas que pusieron en riesgo mi salud mental. 

 

Cuando me di cuenta de la mala relación que tenía con la comida y de la obsesión en la que estaba cayendo al perseguir una alimentación supuestamente saludable, decidí buscar ayuda profesional y ese proceso me ayudó a cuestionar todo lo que creía y había aprendido sobre la alimentación y la salud. Comencé a informarme y a deconstruir la idea equivocada de que para tener más salud había que estar en el peso “ideal”, y me di cuenta que no quería promover en mis pacientes la culpa y el miedo a los alimentos.

 

Trabajé varios años en hospitales del medio militar, pero luego decidí dedicarme a consultar por mi cuenta. Hace 3 años abrí un perfil de Instagram con el objetivo de poder divulgar información sobre nutrición desde un enfoque diferente y no imaginé que se convertiría en mi fuente principal de trabajo, y que además, formaría una gran comunidad con personas que al igual que yo están hartas del enfoque de alimentación que solo promueve dietas restrictivas que dañan nuestra salud física y mental.

 

Hoy tengo un trabajo que disfruto y pongo todo mi esfuerzo para ser cada día mejor en ello, conocer a mis pacientes me da mucha energía y ánimos para seguir actualizándome. Sigo estudiando y aprendiendo para ofrecerte un espacio seguro en mi consulta y poder acompañarte desde un enfoque totalmente distinto de la nutrición, que te aseguro que al igual que a mi, te encantará conocer y poner en práctica.